domingo, 18 de noviembre de 2007

Los talleres de la Wabcock & Wilcox en 1921

La información para este artículo se ha extraido de un Catálogo General de la Sociedad Española de Construcciones Babcock & Wilcox de 1921.

El 1 de marzo de 1918 se constituyó en Bilbao la Sociedad Española de Construcciones BABCOCK & WILCOX, con un capital inicial de 20.000.000 de pesetas. El objetivo de la Sociedad era construir calderas de vapor terrestres y marinas, y los aparatos y accesorios de las mismas; grúas eléctricas y a mano, máquinas transportadoras y locomotoras de vapor de todas clases y potencias; tubos de acero estirado, sin soldadura, y construcciones metálicas en general.

Sirvió de base para la constitución de la nueva Sociedad la organización que tenía en España desde el año 1905 la Compañía inglesa BABCOCK & WILCOX, Ltd. Esta empresa, cedió a la Sociedad sus patentes de invención, y quedó obligada a prestarle su concurso técnico y el auxilio de su experiencia industrial.

No se redujo a esto la acción tutelar ejercida por la Compañía inglesa, sino que, velando porque la nueva Sociedad, fuera, desde el principio, acompañada del mismo éxito que aquélla había obtenido al crear las empresas filiales establecidas desde hacía años en los Estados Unidos, Francia, Alemania y Japón, se encargó del montaje de toda la instalación hasta ponerla en marcha, y asumió la dirección técnica de la misma, facilitando a la Sociedad el personal técnico de sus fábricas inglesas, especializado en los trabajos que había de ejecutar la nueva Sociedad.

La misión de este personal era, por una parte, procurar que los productos fabricados por la Sociedad conservasen el renombre adquirido en la industria mundial por los Sres. BABCOCK & WILCOX, Ltd.; y, por otra parte, había de adiestrar al personal español que le substituiría cuando llegara el caso.

Al asociarse el capital español a la técnica inglesa se trató de aumentar la producción en España de grandes locomotoras, tubos estirados y calderas acuotubulares, transformando las primeras materias producidas aquí.

Con este firme propósito se inauguraron solemnemente las obras el día 14 de octubre de 1918, continuándose los trabajos con la mayor actividad posible. En el año 1919 se terminó casi por completo la construcción de las 10 primeras naves, el taller de modelos, las oficinas y otras dependencias. En el año siguiente se construyó el edificio para la fábrica de tubos de acero estirado, terminándose todas las edificaciones.

A la vez que se hacía esto, se iban montando la maquinaria y aparatos de toda la instalación, que se recibían de Inglaterra; se rellenaba el terreno estableciendo las vías férreas para el servicio de la Fábrica, y se completaban las instalaciones eléctricas, de vapor, los servicios de saneamiento y abastecimiento de aguas potables y otras instalaciones secundarias.

El 1 de julio de 1920 se inauguró la fundición de hierro; en los meses siguientes fueron inaugurándose los talleres de ajuste, montaje, calderería, forja, locomotoras, la nave de maquinaria general, fundición de bronce, etc.. y, finalmente, el 20 de agosto de 1921 se inauguró la fábrica de tubos de acero estirado, estando dispuesta ya toda la fábrica para trabajar en plena producción.

La antigua organización comercial que tenía en España la Compañía BABCOCK & WILCOX Ltd., con oficinas en Madrid, Barcelona, Bilbao y Lisboa, fue ampliada, estableciéndose oficinas en Sevilla. Esta organización atendía a la clientela peninsular simultáneamente a la instalación de la Fábrica.

Los pedidos conseguidos hasta la fecha de la inauguración, que llegaron a considerables sumas, siguiendo la progresión ascendente característica de los negocios realizados en la Península por la Compañía Inglesa, los fue sirviendo al principio esta Compañía, y últimamente, a medida que se terminaba la instalación de los talleres, los ejecutaba total o parcialmente la Sociedad Española.

La superficie de terreno en que se construyó la fábrica tenía una extensión de más de 100 hectáreas. Se encontraba situada en el antiguo estuario de la ría de Galindo, afluente de la de Bilbao, y rodiado por ambas rías, navegables, teniendo un fácil y rápido acceso al mar.

La cota general de nivel de dichos terrenos era menor que la correspondiente a las mareas vivas equinocciales de las rías, y para evitar los perjuicios de inundaciones eventuales hubo que rellenar los terrenos 1,30 metros, como término medio, sobre su nivel primitivo.

Al norte de la Fábrica, y lindando con ella, estaba la vía del ferrocarril de Triano, que empalmaba en Desierto (Baracaldo) con el ferrocarril de Portugalete a Bilbao, ambos de vía normal, y unido este último al ferrocarril del Norte. Todo el sistema ferroviario de la Sociedad para el servicio de la Fábrica estaba unido al ferrocarril de Triano. Por los terrenos de la Sociedad cruzaba el ferrocarril minero de la Compañía Franco-Belga, casi paralelo al de Triano.

Para el tránsito de automóviles, camiones y otros vehículos se disponía de una carretera que saliendo desde la misma Fábrica empalmaba con la carretera de Bilbao a Santander en el kilómetro 10.

Los talleres y demás dependencias ocupaban una superficie edificada de 35.000 metros cuadrados en total.

El primer grupo de talleres lo componían diez naves. La primera de éstas, situada al Norte y destinada a fundición de hierro, tenía 20 metros de ancho por 200 metros de longitud. Cada una de las nueve naves restantes del grupo tenía 100 metros de longitud y la misma anchura. Estaban orientadas de Oeste a Este en sentido longitudinal. La altura de las naves era de 18,50 metros hasta la cumbre.

El otro grupo, formado por la fábrica de tubos de acero estirado, estaba constituido por cuatro naves paralelas a las del grupo primero. Cada una de estas naves tenía 20 metros de anchura y 95 metros de longitud. Al final del grupo se destinó un amplio espacio para almacén de redondos de acero, y detrás del edificio estaba situada la instalación de gasógenos.

Delante del primer grupo y en la misma orientación estaba el taller de modelos, que ocupaba una superficie de 1.275 metros cuadrados. El edificio destinado a oficinas, situado en la falda de la colina de Elguero, enfrente de la cuarta nave del primer grupo y separado de éste 90 metros, tenía 40 metros de largo por 15 metros de ancho y 12 metros de altura. Constaba de sótano, planta baja y dos pisos.

Los dos grupos principales estaban separados entre sí por una distancia de 60 metros, y en este espacio estaban la central de fuerza hidráulica y el laboratorio químico.

En estas construcciones se utilizó hormigón armado para las fundaciones, pilares y riostras, y también para las vigas por donde circulaban los puentes-grúas, capaces algunos de ellos de elevar una carga de 40 toneladas. Los carriles para el tránsito de estos puentes-grúas eléctricos, colocados en dichas vigas de hormigón, estaban a nueve metros del suelo. Los pilares, en cuya cara superior se apoyaba la armadura de la cubierta, terminaban tres metros por encima del plano superior de las vigas de circulación para las grúas.

El tejado de las naves, a dos aguas, lo formaban armaduras metálicas cubiertas de uralita. Cada vertiente de la cubierta tenía dos amplias claraboyas a todo lo largo de la nave, dispuestas para recibir la luz cenital, y en el mismo sentido había dos largas persianas para ventilación. Las fachadas se componían de pilares y riostras de hormigón armado con entrepaños de ladrillo, en los que estaban las ventanas.

En el interior de la nave de fundición de hierro había cinco grúas hidráulicas, de pared, capaces cada una de elevar dos toneladas. Uno de los puentes-grúas de esta nave era de 15 toneladas, y el otro, capaz dé cinco toneladas. Tenía estufas fijas y portátiles, máquinas de moldear, molinos, esmeriladoras, desbarbadoras, montacargas y otras máquinas y accesorios indispensables en un gran taller de fundición, que era capaz de fundir 50 toneladas por día de ocho horas, pudiendo llegar cualquiera de las piezas fundidas al peso de 20 toneladas. Adosados a la fachada norte había amplios depósitos para arena y cok, y en la misma forma, hacia el centro de la fachada, estaban los dos grandes cubilotes para fundir el hierro.

La fundición de bronce, en la que existían dos crisoles tipo Morgan, de 150 kilogramos de capacidad, y otros tres hornos de 70 kilogramos también disponía de desbarbadoras, molinos, sierras de cinta, trituradoras para el cok, estufas portátiles y otros aparatos.

En la nave de maquinaria general se instaló un puente-grúa de 10 toneladas de potencia, así como también tornos de ruedas de locomotora y ténder, y otras máquinas-herramientas para cepillar, mandrilar, tornear, fresar, taladrar y rectificar toda clase de piezas, preparándolas convenientemente para el ajuste y montaje en los talleres respectivos. De la capacidad de esta instalación da una idea la ilustración de la página 18.

En la nave contigua, en la que se preparaban las piezas grandes de las locomotoras, existía un puente-grúa de 10 toneladas, una prensa hidráulica para calar centros de ruedas sobre los ejes, y un buen equipo de máquinas-herramientas. Al final de la nave estaba el taller de tornos automáticos y máquinas para hacer virotillos y otros trabajos.

Para el montaje de locomotoras se utilizaba la séptima nave, que tenía dos puentes-grúas de 40 toneladas cada uno y, entre otras máquinas, una gran máquina fresadora y taladradora para la construcción de bastidores para locomotoras y ténderes de todos los tamaños. Adosado al extremo de la nave se hallaba la instalación de cementar. Había a lo largo del taller un foso con vías férreas de diversa anchura, haciéndose sobre ellas el montaje de las locomotoras hasta su terminación, quedando a falta de pintura.

El taller de calderería estaba provisto de prensas y rodillos para curvar chapas y máquinas para cortarlas, taladradoras, fresadoras, remachadoras hidráulicas y otras máquinas. Para el servicio del taller había dos puentes-grúas de 10 toneladas. En esta nave se preparaban las piezas principales de las calderas acuo-tubulares, terrestres y marinas, y calderas para locomotoras. Anexo a la nave y en su parte posterior se levantaba, por encima de la remachadora hidráulica, el edificio destinado a torre de remachar, en el cual había otra grúa de 15 toneladas de potencia, con dispositivo especial para el remachado de calderas.

2 comentarios:

Fran dijo...

Hola, me ha gustado mucho éste artículo.
Te dejo dos enlaces a entradas en mi blog sobre la Babcock Wilcox.

https://franerandio.wordpress.com/2013/12/04/locomotoras-ub10-babcock-wilcox-gee-construccion/

http://franerandio.wordpress.com/2014/01/07/locomotoras-ub10-babock-wilcox-gee-para-los-ferrocarriles-nacionales-de-colombia/

Saludos, Fran

Cándido dijo...

Gracias Fran

Muy bueno tu blog.

Cándido